El jesuita Nemesio Otaño (1880-1956) fue una fígura clave para la revalorización en España de la fígura de Tomás Luis de Victoria durante la primera mitad del siglo XX. Sus contribuciones se pueden agrupar en dos períodos cronológicos claramente diferenciados en cuanto a sus motivaciones y propósitos. El primer período (1907-1922) coincide con el intento de reforma de la música religiosa según las prescripciones del Motu Próprio, que tomará como modelo el contrapunto imitativo de la polifonía clásica, de la que el músico renacentista es el compositor español más destacado. La revista Música Sacro-Hispana -de la que Otaño es director-se erigirá en altavoz, no sólo de las cuestiones aprobadas en los sucesivos congresos nacionales de música religiosa, sino también del estado de la cuestión delas investigaciones que respecto a este tema estaba llevando a cabo el musicólogo Felipe Pedrell. A ello hay que añadir las numerosas interpretaciones que efectuó de las obras del genial músico, dada su condición de director coral. El segundo período (1939-1942) coincide con los comienzos de la dictadura. Otaño fue uno de los músicos más activos del bando nacional, copando algunos de los cargos institucionales más importantes -en lo musical-del gobierno franquista, lo que le posibilitó una presencia relevante en la organización de los actos que se llevaron a cabo con motivo de la celebración del IV centenario del nacimiento del polifonista español.
Jesuit priest Nemesio Otaño (1880-1956) played a key role in restoring the figure of Tomás Luis de Victoria in Spain in the first half of the 20th century. His contributions can be grouped into two distinct periods, each with its own motivations and purposes. The first period (1907-1922) coincides with the effort to renew sacred music following the guidelines of the Motu Proprio, which took as model the imitative counterpoint of classical polyphony, of which the Renaissance musician is the best-known Spanish exponent. The journal Música Sacro-Hispana -of which Otaño was the editor- would become not only in the authoritative voice for matters approved at successive national conferences on liturgical music, but also in the informer of the researches being developed in this area by musicologist Felipe Pedrell. As choir conductor, Otaño was also prolific in his interpretations of works by this musical genius. The second period (1939-1942) coincides with the beginning of the dictatorship. Otaño was one of the most active musicians on the national side, occupying several of the highest-ranking musical posts during the Francoist government, which gave him a prominent executive role in the events organized to celebrate the fourth centenary of the birth of the Spanish polyphonist.
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