Carlos G. Santos Gallego, Juan José Badimón, Borja Ibáñez Cabeza
Existen diferentes modelos de aterosclerosis en animales tanto pequeños (roedores) como grandes. La gran ventaja de los animales pequeños es que son de bajo coste, asequibles y de fácil manejo y que hay disponibles modificaciones genéticas relevantes. Los modelos de aterosclerosis en animal grande tienen las desventajas de sus peores asequibilidad y manejo y su coste. Sin embargo, tienen anatomía y fisiología mucho más parecidas a las humanas y los resultados obtenidos son mucho más extrapolables a la patología humana. La elección de uno u otro modelo depende de la naturaleza que se quiera dar a la investigación. En estudios mecanísticos, se puede utilizar con mayor precisión los modelos de roedor, pero para un estudio más traslacional, los modelos de animal grande dan respuestas más cercanas a las de los pacientes. Las técnicas de imagen no invasiva han hecho avanzar mucho el campo del conocimiento de la aterosclerosis a través del estudio seriado de modelos animales ateroscleróticos.
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