Se afirma a menudo que el utilitarismo (al menos su versión estándar) es incapaz de tomar en cuenta las emociones. Siendo esto así, se afirma que es incapaz de responder (correctamente) a nuestros problemas morales más importantes y que, de hecho, se convierte en una doctrina inútil. Sin embargo, debemos matizar esta acusación diciendo, por un lado, que las emociones tienen, de algún modo, un significativo papel en la teoría de Bentham y que, por otro lado, tienen, indudablemente, un papel central en el utilitarismo de Mill. En este artículo tratamos de mostrar cuál es ese papel y si el uso de las emociones en la teoría de Mill puede ser visto como una especie de desviacionismo de la versión estándar.
It is often said that utilitarianism (at least the standard version) is incapable of taking emotions into account. That being so, it is also said that it is incapable of answering (properly) to our most important moral problems, and, in fact, it becomes a useless doctrine. However, we must qualify this accusation by saying, on the one hand, that emotions play, in some way, a significant role in Bentham’s theory, and on the other hand, that they undoubtedly play a central role in Mill’s utilitarianism. In this article we try to establish what that role is and whether the use of emotions in Mill’s theory could be seen as a kind of departure from the standard version.
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