El presente artículo discute el carácter aplicado de la psicología mostrando cómo el origen de la ciencia comienza por la curiosidad y preocupación del científico por dar explicaciones sobre lo que presuponemos, sentimos y la forma como nos comportamos en relación con el ambiente. El conocimiento de la psicología se desarrolla, más que acumulando hechos, creando metáforas o teorías sobre el mundo que nos interesa como seres culturales. Se cuestiona la separación entre psicología básica y aplicada a partir de la confrontación de las teorías del conocimiento centradas en el determinismo y la visión transaccional.
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