Las causas más comunes de esteatohepatitis son el consumo de alcohol y los trastornos metabólicos. Existen diversos métodos basados en determinaciones bioquímicas (transferrina deficiente en hidratos de carbono) y en la realización de cuestionarios (AUDIT, CAGE, MALT) útiles para la detección del consumo subrepticio de alcohol. A pesar de que se están desarrollando nuevos métodos no invasivos tanto basados en lipidómica (Owl-Liver®) como en determinaciones bioquímicas y parámetros antropométricos (NAFLD Fibrosis score) o en métodos de imagen (DeMILI NASH-MRi®), ninguno se ha postulado como definitivo, y la biopsia hepática constituye el método de referencia. La patogenia de la esteatohepatitis alcohólica y no alcohólica presenta elementos comunes como la resistencia a la insulina, el estrés oxidativo mediado por el citocromo CYP2E1, la adiponutrina y su gen PNPLA3 y la microbiota. Los cambios en el estilo de vida, incluido el abandono del consumo de alcohol, la dieta y el ejercicio constituyen la primera línea de tratamiento.
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