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Resumen de Concreciones calcáreas de la conjuntiva

J. Mª Aguilar Bartolomé

  • Las concreciones calcáreas de la conjuntiva están determinadas por precipitación patológica de sales cálcicas, preferentemente fosfato y carbonato de cal, formando acumulaciones en ella, ya en sus células, ya en el estroma, ya en sus glándulas. Es curioso el hecho de que las llamadas concreciones calcáreas de la conjuntiva nunca presentan, salvo rara excepción, depósitos cálcicos en su estructura, estando integradas únicamente por mucus y células epiteliales. Su nombre, por tanto, es erróneo y debe, por ello, abandonarse. Los fenómenos de calcificación que estudiamos nunca son primitivos. Siempre asientan sobre lesiones anteriores del tipo de la degeneración hialina o amiloide, focos necróticos no reabsorbidos, focos caseosos, neoplasias o por discrasia celular asociada o no a la hipercalcemia. Como decía Cajal, la infiltración calcárea es «una especie de entierro de los cadáveres celulares propios o extraños». Se exponen las clasificaciones de las calcinosis y se hace un ensayo, por nuestra parte, de clasificación de las concreciones calcáreas de la conjuntiva con arreglo a su etiología, acción local o general del agente desencadenante y lugar de acción sobre la conjuntiva. Se hace la distinción entre las verdaderas y las falsas concreciones calcáreas de la conjuntiva. Entre las primeras se encuentran: las de la llamada conjuntivitis petrificante, conjuntivitis primaveral, tracoma, tuberculosis de la conjuntiva, sífilis de la conjuntiva, erisipela, neoplasias, agentes químicos, las de algunas concreciones glandulares y las que se presentan en la hipercalcemia (hiperparatiroidismo, hipervitaminosis D, sarcoidosis, etc.). Las segundas están constituídas por procesos que sólo de una manera secundaria afectan a esta mucosa, a partir de las glándulas de Meibomio: tarso, esclerótica, etc. Se estudia la histopatología de cada uno de los cuadros que en algún momento de su evolución presentan concreciones calcáreas, después de describir su sintomatología, considerando seguidamente las condiciones etiopatogénicas. Se sientan las bases para establecer el pronóstico. El tratamiento puede ser médico y quirúrgico. El primero tenderá a eliminar la causa desencadenante, aliviar la sintomatología subjetiva, mejorar el estado general, prevenir las complicaciones infecciosas y las secuelas en la forma que se describe, según los casos. El tratamiento quirúrgico consiste en la extirpación de las masas calcificadas, previa anestesia local, con una aguja de cuerpos extraños o una cucharilla cortante. Se señalan las falsas concreciones calcáreas de la conjuntiva.


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