Se aporta la experiencia y las enseñanzas obtenidas de 45 reintervenciones practicadas en casos de dacriostomías fallidas. En 34 casos (75, 5 por 100) la única causa apreciable de la recidiva de la epifora era la obstrucción o estenosis muy acentuada de la neostomía. En 11, casos existían además lesiones canaliculares. En 37 casos (82, 22 por 100), la única causa apreciable de la obstrucción de la neostomía era la existencia de osteostomía pequeña de 12 o menos mm. De diámetro. En 8 casos concurrian otras causas de obstrucción: póiipos mucosos en el saco y boca anastotómica, cornete medio parcialmente aplicado a la neostomía, anastoniosis realizada con la mucosa de un seno. En la reoperación se agrandó la osteotomía hasta un diámetro de 15 a 20 mm. Y se eliminaron dentro de lo posible las demás causas obstructivas, consiguiéndose el éxito definitivo en el 86, 6 por 100 de los casos. Los resultados obtenidos apoyan la relación causal del fracaso con la escasa amplitud de la osteotomía. Las osteotomías que no sobrepasan los 12 mm. De diámetro pueden considerarse como causa suficiente de obstrucción de la anastomosis en la gran mayoría de casos. Los diámetros entre 12 y 15. Milímetros tienen un peligro relativo, dependiénte de condiciones locales en relación al saco, pared ósea, pituitaria y fosas nasales. La amplitud más conveniente de la osteotomía para abtener un drenaje definitivo, debe alcanzar entre 15 a 20 mm. De diámetro. Para canocer el diámetro de la osteotomía en las dacriastomías fallidas se utiliza un método radiográfico sin contrastes. Se obtiene la imagen, del contorno de la osteotomía y de su diámetro, mediante un film dental aplicado en el cantus interno. En una proporción mucho menor, las causas, de fracaso de la dacriostomía pueden atribuirse a defectos de la anastomosis del plano anterior y a condiciones anatomo-clínicas muy desfavorables. Palabra clave: Artículo.
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