Resumen de ¿Quién navega a quién?
Emergen como esas piedras que se levantan sobre la corriente de un arroyo y que nos permiten ir pasando de una a otra. Saltamos a veces con la seguridad de quien sabe cuáles son más grandes y seguras y nos llevarán a la orilla qué buscamos; otras, con curiosidad y con avidez de encontrar un tesoro de información o de placer (aunque éste sea solitario); y también lo hacemos, en ocasiones, con despego o desgana, como cumpliendo el ritual que nos impone la red. Son esas palabras azules y subrayadas que enlazan unos contenidos de internet con otros como Sherezade, recuerda el autor, iba linkando noche a noche sus historias. Lo que sucede es que, al menos si uno es varón y heterosexual, debía de resultar más grato mirar las clavículas de la hija del visir que pulsar el botón izquierdo (del ratón)
