Percibimos el tiempo, quizá, como una línea que se dibuja en un espacio etéreo. Una línea recta, fina, de color negro, que avanza muy deprisa sin que apenas nos demos cuenta (y cuando lo hacemos, decimos "qué barbaridad, cómo pasa el tiempo") o que se traza a sí misma premiosamente cuando una espera se nos hace interminable. Para otros,, quizá también y de tanto mirar el reloj, la línea del tiempo se dibuja en constantes circunferencias que se superponen unas a otras. Para los protagonistas de este capítulo de la historia de internet, el tiempo rebota. Habrá que tener cuidado de que no nos golpee.
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