Siguen contando, y mucho, en el capital de marca, aunque la demanda corporativa ha descendido en favor de acciones concretas de producto, concentrándose en su faceta transaccional y en la presencia de los espacios sociales. Hoy, las aplicaciones se perfilan como una vía de desarrollo importante en este ámbito, y facilitar unas utilidades sociales avanzadas se hace imprescindible para estar a la altura del más interactivo usuario que hasta ahora ha conocido la red. Aunque, opinan los expertos, son las marcas las que deben ir al encuentro de los consumidores, estén donde esten.
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