Resumen de Morir besando
¿Para qué decir unas últimas palabras, o lanzar un último grito de desesperación, o recordar el día en que uno conoció el hielo, como hizo el Coronel Aureliano Buendía? Frente al pelotón de fusilamiento, mucho mejor lanzar un beso, tal y como hizo Mata Hari, paradigma de espías y antecesora bien carnal de los programas informáticos que pululan por la red y se introducen en los sistemas ajenos para contaminarlos o destruirlos. Continúa, entre prostitutas, concubinas y espías de mirada misteriosa, la historia milenaria de internet.
