Parte del atractivo de Eva al desnudo (All about Eve, Joseph L. Mankiewicz, 1949) radica en que, aunque ostentosamente habla del teatro, extrae su cinismo y su rabia del mundo del cine. Recordemos el argumento: una soberbia (en todos los sentidos) actriz «mayor», frisando los cuarenta, ve amenazada su hegemonía por una aspirante tanto o más soberbia, más joven y dispuesta a todo para triunfar. A su alrededor gravitan, como satélites útiles, cuatro figuras masculinas: el director, el productor, el crítico y el escritor. Envejecer es un problema mucho más acuciante para una actriz cinematográfica que para una diva teatral, sin duda. ¿Por qué entonces Eva al desnudo no está ambientada en Hollywood, el mundo que su guionista y director mejor conocía?
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados