Al presidente norcoreano no parece importarle que miles de sus compatriotas mueran de hambre. Kim Jong II demuestra su poder metiendo el miedo en el cuerpo a sus vecinos japoneses, y mientras tanto se dedica a amasar una gran fortuna, según testimonian varios disidentes.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados