El GIL ha irrumpido con fuerza en el mapa político melillense de la mano de funcionarios, militares y clase media, antaño votantes del PP, ahora desencantados con la formación de Aznar. Su alianza con la mayoritariamente musulmana Coalición por Melilla otorga momentaneamente la presidencia a Mustafá Aberchan, aunque su situación minoritaria (12 escaños frente a 13 de la oposición) promete constante inestabilidad.
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