A pesar de que, desde su formación en 1991, la Federación Rusa se comprometiera públicamente a respetar los derechos humanos, la realidad contradice estas promesas; niños con discapacidades mentales internados de por vida en instituciones estatales, presos condenados a cadena perpetua sometidos a un completo aislamiento y leyes que coartan la libertad de circulación constituyen un mosaico que conforma un panorama nada compatible con las exigencias internacionales. Ésta es la radiografía que Amnistía Internacional presenta en el informe Justicia en bruto: La ley y los derechos humanos en la Federación Rusa, donde explica los cambios jurídicos experimentados en el territorio caucásico y los impactos que estas reformas han producido en materia de derechos humanos.
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