Cientos de subsaharianos que intentaron alcanzar el paraíso económico de Europa son deportados por Marruecos al infierno del desierto, esposados y sin alimentos. Las Ong, gracias a cuyas presiones algunos grupos de inmigrantes han empezado a ser instalados en cuarteles, denuncian muertes y desapariciones. Otros 30.000 "sin papeles" esperan en el país vecino y en Argelia para acercarse a las vallas de Ceuta y Melilla.
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