El presidente colombiano tiene un amplio aval para un segundo mandato, pero las circunstancias, la presión social y el peso de una oposición fortalecida pueden obligarle a matizar su política de "seguridad democrática"- que genera tantos efectos indeseables como resultados- y a pensar más en bienestar social y en la negociación de paz que le reclama una mayoría
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados