Una vez más Hollywood vivió su gran fiesta, y como ocurre desde hace tiempo, todo transcurrió como gusta allí: sin imprevistos. Ni en lo referente a los premios ni mucho menos a la ceremonia hubo atisbo de sorpresa, aunque sí mucha ironía. Hubo Oscars con nombre español, pero no el que todos esperaban, Martin Scorsese disfrutó de su gran momento aunque no por la película que lo merecía.
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