A la crisis financiera hay que añadir la alimentaria, la climática y la de los derechos humanos. Lo peor está todavía por llegar para los más vulnerables del planeta, llamados a unirse en todas partes para poder defenderse del hambre y de la pobreza que ha generado un sistema, el capitalista, injusto, avaricioso. Los políticos salvan a los poderosos. Los débiles se hunden a la espera de las ayudas que no van a recibir.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados