La extendida oposición a que entre en Repsol la petrolera Lukoil, vinculada a la mafia rusa y con estrechas conexiones con el Kremlin, hace tambalear una operación de venta que permitirá a la inmobiliaria Sacyr evitar la quiebra por su elevada deuda de la banca. Diputados del PSOE no comulgan con el Gobierno. Zapatero se resiste a intervenir con dinero público. A la espera del desenlace está la francesa Total.
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