Los socialistas no dejan de sangrar en sus feudos de poder, desde el País Vasco a Andalucía y Cataluña, lejos de la calle, que no entiende cómo desde esa izquierda más virtual que real se puede apretar tanto al débil con duros ajustes y más impuestos y subidas para favorecer a los de siempre y calmar a los voraces mercados. Lo que se nos viene encima es un invierno caliente, de sucesivas protestas contra los recortes y la ampliación de la edad de jubilación, con o sin el presidente Zapatero de cartel electoral del PSOE en las próximas elecciones generales de 2012.
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