Las diferencias marcadas entre la piel del hombre y de la mujer hacen que sea cada vez más importante el desarrollo de líneas específicas para ellos. La piel masculina es más gruesa y está irrigida de manera más profusa que la femenina, por lo que requiere mayor aporte energético. También es más grasa y muestra brillos con más frecuencia. Otro factor determinante es la mayor irritabilidad debido al afeitado. Por último, también en ellos los efectos de los hábitos de vida (alcohol, tabaco...) se dejan notar en la piel. De ahí la importancia de volver a recuperar algunos rituales cosméticos que pongan a punto la piel del hombre después de las fiestas.
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