La democracia se aprende con la práctica, y sólo a través de la cooperación y de la colaboración entre familias, escuelas y municipios se podrá prevenir la violancia juvenil.
Se trata, pues, de una cuestión de derechos fundamentales por los que el alumno se tiene que sentir a salvo en la escuela, lejos de la opresión y de la humillación intencional que implica el "bullyng".
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados