¿Por qué están los muros tan cargados de expresividad? La magia del muro se vincula a la memoria profunda. Parece reflejar la deriva informe de la pobreza, el devenir de huellas convulsas, el latido de la guerra, rastros y vestigios emocionales, el paso del tiempo como naufragio. Todo permanece tatuado en un soporte paralelo: compañero de nuestra precaria verticalidad. El animal simbólico, como ser alzado, encuentra en el muro un testigo decisivo. El muro avanza en el horizonte de una incierta travesía existencial. Material-memoria, como escribió José Ángel Valente. Muro como relato donde el impulso del azar traza una constelación de signos inquietos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados