Tradicionalmente la nacionalidad ha sido un elemento esencial en la configuración de la identidad de las personas. Ahora bien, la evolución en la comprensión de la relación Estado-ciudadano, la creciente internacionalización de las relaciones humanas y el incremento de las situaciones de plurinacionalidad han supuesto una revisión de este vínculo de la nacionalidad. Un enfoque más basado en el disfrute de derechos y la autonomía del individuo a la hora de configurar su propia identidad han debilitado el papel de la nacionalidad. A pesar de ello, la nacionalidad no ha dasaparecido como elemento de identidad. En la esfera de la Unión Europea torna reforzada pues el disfrute de derechos de ciudadanía de la Unión se vincula a la posesión de la nacionalidad de un estado miembro. Ello supone una cierta incidencia del Derecho de la Unión sobre las reglas de nacionalidad, sin que, por el contrario, la ciudadanía haya aportado elementos de identidad europea a los nacionales.
Nationality has been traditionally an essential element in order to establish a person's identity. However, several changes have shaken this traditional view wich relates the State and the individual: a new understanding of the relationship between the State and its subjects, the increasing globalisation or the growing number of multiple nationals, have shifted the focus from the sovereign to the individual and his rights. As a consequence, nationality has lost its stance as an identity marker. This being so, nationality has no lost its entire grip. On the contrary, it shines with splendour at the European Unionlevel thanks to the European Union citizenship. Indeed, the latter is premised on the nationality of a Member State. But, whereas nationality rules may be "unionised" under the scrutiny of European Union, the citizenship of the Union has not added a truly European identity to its citizens.
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