Desde un tiempo a esta parte podemos observar cómo las distintas instituciones policiales vienen prodigando esfuerzos para eliminar las barreras de conocimiento que las separan del ciudadano, así como la creación de unidades dedicadas a la interacción con colectivos especialmente vulnerables.
Así, la Unidad Central de Participación ciudadana y Programas ha ido, a lo largo de los años, confeccionando programas específicos dirigidos a grupos de riesgo, como la implantación de programas de mediación en los centros policiales.
Y son muchas las desavenencias que se solucionan mediante "presencia policial" y que encierra una mediación informal llevada a cabo entre personas enfrentadas.
Si agentes sin formación específica en la materia consiguen solucionar conflictos en caliente, cabe imaginar todo lo que podría lograrse por el trabajo de mediadores convenientemente preparados, redefiniendo el rol de la policía y ahondando en la perspectiva de la comunicación real con el ciudadano.
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