Se presenta un caso de autopsia judicial en el que concurrían una hemorragia de matriz germinal de grado 4 de un recién nacido prematuro y un posible traumatismo en el periparto. El fallecimiento en este caso se debió a una alteración respiratoria secundaria a su prematuridad, combinada con los daños causados por la propia hemorragia cerebral. El análisis de la bibliografía y de los hallazgos clínicos y de autopsia indican que el traumatismo craneal, en caso de que se hubiese producido, no habría afectado de forma sustancial al cuadro de hemorragia de matriz germinal, cuya evolución natural parece depender básicamente de la inmadurez fisiológica del recién nacido pretérmino y de las alteraciones de la función respiratoria.
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