El campamento "27 de febrero", en Tinduf, es uno de los hogares de los refugiados saharauis con los que un grupo de españoles compartió la llegada del 2000. Tras 25 años de exilio forzoso y multitud de atrasos en la celebración del referéndum de autodeterminación, este pueblo vive a medio camino entre la ilusión de volver a un territorio que le arrebataron y el ostracismo al que parece condenarle la comunidad internacional.
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