David Gómez Almaguer, Blas López Martínez, Guillermo José Ruiz Argüelles
En 1996, investigadores de Jerusalén, Houston, Estados Unidos y Génova, Italia, comenzaron a hacer trasplantes alogénicos de médula ósea empleando esquemas de acondicionamiento diferentes a los usados convencionalmente. Con la idea de que es el efecto injerto contra tumor el responsable tanto del control de algunas neoplasias malignas como de crear el espacio nesesario en la médula del receptor para el alojamiento y el crecimiento de las células hematopoyéticas del donador, se han llevado a cabo, en diversas partes del mundo, trasplantes de médula ósea empleando esquemas de acondicionamiento inmunosupresores no mieloablastivos, que algunos autores han denominado "minitrasplantes", dadas las dosis reducidas de quimioterapia o radioterapia que emplean en estos procedimientos terapéuticos
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