Cinco semanas y media de rodaje, dos cámaras HD cruzadas, 2.500 planos rodados y muy pocas opciones para colocar aparatos de luz. Con estos parámetros sólo cabía una opción: rodar muy deprisa y, por tanto, supeditar la iluminación a la realización del film. El tratamiento cromático se trabaja a partir de CCU en rodaje y cobra su personalidad en el etalonaje, por medio de la desaturación selectiva y viraje de color en función de una lógica dramática más que de la continuidad espacial o temporal. Guillermo Grizard, director, y Rafa Bolaños, director de fotografía, nos cuentan las claves técnicas de este trhiller
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados