Quizás una de las facetas más opacas dentro del diseño gráfico sea la especialización en el diseño de envases: el packaging, vamos. A pesar de que estamos rodeados de frascos, cajas, botellas, bolsas, fundas, retractilados, cajetillas, etc, parece que sólo los muy expertos se dan cuenta de que todos esos soportes no sólo están diseñados por un ingeniero industrial, sino que han sido vestidos por el trabajo de un diseñador gráfico. Hoy día, la importancia de las grandes superficies se ha venido a unir a la variedad, casi sin límites, de soportes, las formas variadas y los avances en nuevos materiales de menor impacto ambiental, que hacen más complicado, si cabe, el desarrollo de una solución gráfica para un envase. A pesar de esta complejidad y de todos los condicionantes comerciales y económicos que debe soportar un envase, en España apenas han proliferado profesionales o estudios exclusivamente dedicados a esta actividad, como desde hace años se da en varios países europeos. Desde el frasco de perfume más caro hasta el detergente más económico del lineal de supermercado, todos son solucionados por diseñadores que la hacen un hueco al "pack" entre logotipo y logotipo. Quizás sea ésta una de las causas de que muchas empresas españolas prefieran concederle a consultorías extranjeras el desarrollo de líneas de envase de consumo masivo, si bien habría de romper una lanza en favor de aquellos estudios que con menos medios y tradición que otros monstruos del diseño europeo se ponen manos a la obra y aceptan la responsabilidad de colocar un envase en un mercado cada vez más competitivo. Estas páginas son solo un ejemplo del trabajo de alguno de estos estudios dentro de este difícil y casi nunca reconocido campo.
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