La paleontología nos permite conocer cómo hemos llegado a convertirnos en lo que somos. El origen del hombre está en una larga cadena de especies fósiles que conectan nuestra especie con las demás, y pese a la enorme distancia que hay entre la mente humana y la de los grandes monos, sólo nos separan un uno por ciento de nuestros genes. La primera especie de homínido en la que hay constancia de un dimorfismo sexual comparable al nuestro, es la representada en el yacimiento de la Sima de los Huesos, en la Sierra de Atapuerca (Burgos, España), que tiene casi 400.000 años de antigüedad. No cabe duda de que en la evolución humana la postura bípeda, precedió a la inteligencia.
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