El diagnóstico clínico tiene un indudable valor presuntivo e indicativo. Se establece en base a la información epidemiológica, la observación clínica y la obtención del cuadro anatomopatológico. El diagnóstico de laboratorio requiere fundamnetalmente la disposición de las muestras patológicas adecuadas. Los fallos en la obtención y remisión de las muestras patológicas dificultan o impiden la consecución del diagnóstico laboratorial. Comprende la realización de los análisis microbiológico, parasitológico e histopatológico y virológico. El análisis virológico es fundamental debido al papel preponderante de los diferentes virus que intervienen en este síndrome. Puede realizarse por métodos directos o indirectos. Los directos ponen de manifiesto el virus o el antígeno viral y comprenden los métodos de aislamiento en cultivos celulares, inmunofluorescencia, microscopia electrónica e inmunoenzimáticos. Los métodos directos o indirectos. Los directos ponen de manifiesto el virus o el antígeno viral y comprenden los métodos de aislamiento en cultivos celulares, inmunofluorescencia, microscopia electrónica e inminoenzimáticos. Los métodos directos tienen un gran valor diagnóstico si se realizan y aplican correctamente. Los métodos indirectos se basan en la comprobación de anticuerpos y no poseen valor diagnóstico a no ser que se efectúen sobre muestras pareadas de suero sanguíneo con el fin de determinar la seroconversión.
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