El meteorismo sintomático no se puede considerar como un proceso primario, sino como un signo que tiene su origen en la incapacidad de eliminación de los gases que se producen en el rumen. Esta imposibilidad del eructo tiene su causa en las obstrucciones esofágicas y cardiales, en las disfunciones motoras ruminales y en la inhibición química de los centros del eructo. El cuadro clínico que lo acompaña está dominado por la gran distensión ruminal, que afecta sobre todo al hemiabdomen izquierdo y que, en casos agudos, puede comprometer las funciones circulatoria y respiratoria ocasionando la muerte del animal. Su diagnóstico es sencillo mediante sondaje esofágico o trocarización ruminal. Sin embargo, diagnosticar la enfermedad primaria es más difícil. Esto condiciona el tratamiento, que no presenta dificultad en los casos de meteorismo simple, pero resulta complicado si el metereorismo es recidivante.
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