Obtienen cientos de millones de pesetas, miles en algunos casos, por cada trabajo. Los sueldos de las estrellas de cine y los del resto de los mortales se parecen tanto como un diamante y un trozo de hormigón. Pero no se conforman con meterlos en el banco y vivir la vida; los invierten y, para más inri, estos negocios paralelos les son rentables en la mayoría de los casos. Claro que, con las cantidades de dinero que mueven y con la fama que arrastran, juegan a caballo ganador. Restaurantes, inmobiliarias, carne de búfalo, cuadros, vídeos de aerobic, cereales, cría de caballos, perfumes, discotecas, calzoncillos y hasta salsas para spaguetis; las estrellas invierten sus ahorrillos en negocios de lo más heterogéneo. He aquí una muestra.
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