Más de la mitad de nuesta vida en Estado de vigilia se nos va trabajando, y ningún sitio como éste para comprobar la injusticia, la inmundicia y la desigualdad que ha habitado en las sociedades de todos los tiempos. El trabajo es un castigo desde los tiempos de Adán y Eva, y sólo unos pocos privilegiados pueden presumir del goce de pasar un buen puñado de horas repercutiendo en la prosperidad de una colectividad
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados