Las primeras emisiones de una señal de televisión en blanco y negro, o conocida también como televisión monocromática, se las realizaron en el año de 1939, tanto en Francia como en el Reino Unido. Estas emisiones se las puede considerar como regulares aunque no presentaron gran acogida en el público de la época, ya sea por los costos y el tamaño de los receptores (Televisores), o simplemente por la calidad de la programación. Los logros en el desarrollo tecnológico de la televisión siempre estuvieron de la mano con los de la cinematografía teniendo en cuenta que la meta de la emisión en TV siempre ha sido tratar de conseguir la calidad cinematográfica.
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