Escasos insectos se han adaptado vivir en el medio marino. Entre los que lo lograron están los piojos que parasitan a focas y lobos marinos. Como los ancestros de esos mamíferos eran animales terrestres y se cree que tenían piojos, los entomólogos piensan que la adaptación al mar de los parásitos fue paralela a la de sus hospedadores. Ambos, sin embargo, solo se pueden reproducir en tierra.
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