¿Tienen algún parentesco los más pequeños armadillos vivientes con los más grandes mamíferos extinguidos del continente sudamericano? O dicho de otra manera: ¿están emparentados los pichiciegos con los megaterios? Hacia 1830, estas preguntas reflejaban las incógnitas planteadas por la fauna de América del Sur. Con el tiempo los paleontólogos aclararon la situación y concluyeron que los armadillos actuales tienen ancestros comunes con los gliptodontes, que los megaterios los tienen con los perezosos vivientes, y que todos provienen de un predecesor más lejano.
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