La UE tiene que recuperar su compromiso con el conflicto palestino-israelí. Una política europea más firme e independiente fortalecerá la mano de Washington y abrirá nuevas posibilidades de paz.
Los primeros meses de 2013 han alargado la sombra sobre las perspectivas de una solución del conflicto palestino-israelí basada en los dos Estados. Las elecciones en Israel tuvieron como resultado un nuevo gobierno incluso más inclinado hacia el anexionismo respecto a Cisjordania, mientras que la visita de Barack Obama a la región respondió a las mínimas expectativas que suscitaba. Hasta los actores principales del mundo árabe están ocupados con otras cosas. Es difícil identificar quién quiere ayudar a evitar la desaparición final de la solución de los dos Estados si no lo hacen los europeos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados