La diligencia con que las autoridades españolas se han empeñado para conseguir el traslado a nustro país de Ángel Carromero -condenado a cuatro años de cárcel en Cuba por un delito de doble homicidio imprudente- no es la que habitualmente de despliega desde el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación con otros presos españoles recluidos en centros penitenciarios de otros Estados. Casi 2.500 de nuestros compatriotas se encuentran en esa situación y algunos llevan ya más de 20 años cumpliendo sus condenas muy lejos de casa.
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