Los objetivos de este artículo han sido analizar las características psicopatológicas y de personalidad que presentan los hombres violentos contra la pareja, así como detectar sus principales distorsiones cognitivas, y establecer una tipología de agresores. Asimismo, se describe un programa de intervención cognitivo-conductual, aplicado en un formato individual de 20 sesiones en un marco comunitario, que se ha llevado a cabo durante 10 años. La tasa de éxitos fue del 88% en los sujetos que completaban el tratamiento. A pesar de la pérdida de pacientes en los seguimientos (un 46% a los 12 meses), los resultados se mantuvieron en los pacientes contactados (un 53% a los 12 meses), con una disminución considerable de las recaídas. Sin embargo, la tasa de rechazos y abandonos del tratamiento fue más bien alta. Se comentan las implicaciones de este estudio para la práctica clínica, la toma de decisiones políticas y las líneas de investigación futuras.
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