Ignacio González se ha enfrentado en un tiempo récord a propios y extraños. Con Rajoy, cuyo Gobierno ha tramitado un recurso ante el Constitucional contra el euro por receta en Madrid, y con sus trabajadores, que han paralizado calles, metro y autobuses protestando por un modelo de hacer política que reduce el sector público y abre las puertas de la Administración autonómica a la gestión privada. En poco más de cien días, el presidente regional se ha echado encima todos lo frentes que Aguirre quiso evitar. Lo ha hecho por ella y también por él mismo, porque su legítima ambición política tiene la mira puesta en las elecciones de 2015. A la sombra de la lideresa durante más de una década, González está convencido de que ha llegado su momento y se siente capaz de lidiar con quien haga falta. Todo sea que el morlaco se le acabe antojando demasiado grande y acabe tras el burladero.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados