El presente trabajo pretende presentar un modelo para medir y gestionar el impacto que produce el fenómeno del estrés en el hombre y crear una suerte de toma de conciencia de la importancia de ?objetivar? la escala de valores en la gestión de la calidad de vida. Los autores entienden que si bien es muy importante crear modelos que coadyuven a los administradores a gestionar cualquier tipo de organización, más importante resulta el poder gestionar ese Ente que debe o debería representar el fin mismo de todos los esfuerzo: EL HOMBRE. Además, se pretende reafirmar que todo fenómeno es mensurable y que todo modelo, herramientas y técnica que contribuya a sistematizar las informaciones necesarias para gestionar cualquier ente debe ser privativo de los profesionales en Ciencias Económicas.
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