Objetivo: La revisión terciaria puede disminuir la incidencia de lesiones inadvertidas y de lesiones inadvertidas clínicamente relevantes y puede reducir la morbi-mortalidad de los pacientes politraumatizados.
Método: Estudio prospectivo que incluye pacientes politraumatizados mayores de 16 años ingresados en una área de pacientes críticos, excluidos los que murieron en las primeras 24 h. Comparación de un grupo a quien se aplicó la revisión terciaria, con un grupo control a quién no se aplicó. Hemos registrado la incidencia de lesiones inadvertidas y de lesiones inadvertidas clínicamente relevantes. Hemos analizado los principales errores asociados a la aparición de lesiones inadvertidas y los factores de riesgo inevitables.
Se estudió la mortalidad de ambos grupos y sus complicaciones.
Resultados: Se ha protocolizado la revisión terciaria en 119 pacientes frente a 117 en los que no se realizó. Con la aplicación de la revisión terciaria, la incidencia de lesiones inadvertidas se ha reducido de un 40,2% a un 15,1%, y la incidencia de lesiones inadvertidas clínicamente relevantes de un 17,1% a un 3,4%. La mortalidad ha disminuido de un 10,2% a un 4,2%, y desaparecieron las muertes causadas por fracaso multiorgánico.
Ha disminuido el error radiológico han desaparecido los errores de comunicación y quirúrgicos. Los principales factores asociados a la detección de lesiones inadvertidas y de lesiones inadvertidas clínicamente relevantes son la presión arterial, el número de lesiones y, como factor más relevante, la aplicación de la revisión terciaria.
Conclusiones: La aplicación de la revisión terciaría debería ser obligada en el manejo inicial de los pacientes politraumatizados.
Background: Implementing tertiary trauma surveys can reduce the incidence of clinically significant missed injury, thereby reducing morbidity and mortality in patients with multiple injuries.
Methods: Prospective study of patients admitted to the critical care unit with multiple injuries. The patients were over the age of 16 years and survived at least 24 hours. Patients undergoing tertiary examination were compared to a historical control group that did not undergo additional assessment. We recorded missed injuries and clinically significant missed injuries in both groups. Also analyzed were the main errors associated with the appearance of missed injuries, avoidable risk factors, mortality, and complications in both groups.
Results: A total of 119 patients underwent tertiary examination and their data were compared to those of 117 in the historical control group. The incidence of missed injuries was lower in the test period (15.13%) than the control period (40.17%). The incidence of clinically significant missed injuries was also lower in the test period (3.36% vs 17.09 in the control period). Mortality fell to 4.25% with tertiary examination (vs 10.25% in the control period), and mortality due to multiorgan failure was 0% in the test period. Radiologic errors were fewer with implementation of tertiary trauma surveys and communication and surgical errors disappeared. The main risk factors for detecting clinically significant missed injuries were to blood pressure, the number of injuries and, particularly, the inclusion of a tertiary examination or not.
Conclusion: Tertiary trauma surveys should be considered an obligatory component of the initial management of patients with multiple injuries.
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