Cuando más felices se las prometía, las cosas se le han torcido a Montoro. Hasta el punto de que se le ha abierto un peligroso frente con el que deberá torear en los próximos meses. El nuevo modelo de financiación autonómica a negociar este año se presenta, dada la nefasta situación financiera de muchas autonomías, como una batalla sangrienta, en la que cada cual intentará salvar sus propios muebles, con cataluña negociando a la desesperada.las hostilidades ya han empezado entre los propios barones regionales del PP, a cuenta de la posible variación del límite máximo de déficit según la región. Todo eso, en plena campaña de la Renta, que se presenta, un año más, con escasa perspectivas de ingresos, lo que complica cumplir con un déficit, previsto para este año y si Bruselas no lo remedia, en el 4,5 por ciento.
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