En nuestro país estamos acostumbrados a ver en las noticias a los jueces estrella o mediáticos que investigan los casos de corrupción. Sin embargo, se tiene menos en cuenta a los fiscales anticorrupción, la otra mitad del tándem instructor-acusador, que nació con la Fiscalía especial Contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada creada en 1995, gobernando Felipe González. Hasta ahora sólo ha tenido dos jefes: Carlos Jiménez-Villarejo, ya jubilado, y Antonio Salinas, su actual y poco conocido titular, nombrado en 2003, bajo el mandato de José María Aznar, y con un currículum en el que brillaba haber sido fiscal del "caso Filesa".
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