Dado que la práctica clínica actual de la psiquiatría con los pacientes psicóticos se realiza sin contar con su colaboración, sin informar del tratamiento farmacológico y sus efectos y sus posibles alternativas, y utiliza la coerción para hacer que permanezcan en tratamiento durante años, es comprensible que cuando se encuentran efectos indeseados graves de los antipsicóticos no se informe de los mismos a los pacientes y sus familias.
En un dilema así se ha encontrado la investigadora Nancy Andreasen al objetivar efectos graves de los fármacos y, como en la corriente clínica habitual, decidió no informar de sus resultados.
En el escrito se reflexiona sobre ese dilema y las cuestiones que se imbrican en el mismo.
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