Desencanto colectivo, descrédito de estos políticos y falta de liderazgo dominan el apesadumbrado devenir de un país que se rompe a pedazos en el esquema indigno de la Europa en manos de los especuladores, el mismo sistema financiero. Se busca desprestigiar al que aplica la ley con independencia y a la gente se le infunde miedo para que se quede en casa y no clame contra la gestión a trompicones de un Gobierno falaz.
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