En muchas ocasiones, el entorno que rodea a las grandes estrellas del deporte, todo el revuelo que se forma a cada paso que dan, nos hace pensar en ellos como superhombres invulnerables. Pero a nadie escapa que una plaga de lesiones o el divorcio de los progenitores son sacudidas tan potentes que podrían hacer temblar los pilares de cualquier cabeza. Incluso aunque ésa sea la de Rafa Nadal. Un particular vía cruzis que parece haber tocado su fin.
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